Reflexión Tercera semana: Una evaluación significativa
Una evaluación significativa
Antes de comenzar mi formación para ser pedagoga
infantil, inicie mis estudios en la carrera de ingeniería bioquímica, en el plan
de estudios de dicho pregrado se encontraban una serie de materias relacionadas
con el cálculo, estás contaban con el mismo sistema evaluativo, se realizaban cuatro
parciales que correspondían al 25% de la nota y eran valorados de forma
cualitativa, contenían un número aproximado de 5 0 6 ejercicios matemáticos que
se pedía resolver para llegar a una única respuesta de orden numérico. Significa
que la evaluación estaba centrada únicamente en la obtención de respuestas de único
orden y era además principalmente de carácter hetero evaluativo. La visión de
una evaluación como proceso no se mostraba de forma clara en tanto el trayecto en
el que yo como estudiante me acercaba o no a un saber no aparecía de forma
transparente y no se contaba con un espacio para la retroalimentación, que me
permitiera darme cuenta de los vacíos tanto intelectuales como personales que
dificultaban mi avance hacia el conocimiento.
En cálculo 1, me estaba enfrentando al tercer parcial
(ya había sacado una nota baja en los dos anteriores), y al recibirlo me encontré
con que no entendía ninguno de los ejercicios, no veía como podía operar con
ellos para llegar a una respuesta esto se sumaba a un estado de ansiedad
grande, ya que llevaba varios días preparándome para dicha prueba, yo no veía
nada claro, sinceramente solo quería llorar, el docente al verme tan angustiada
y que no comenzaba a escribir luego de pasar media hora me dijo: “puede sacar
su calculadora para ayudarse”, la verdad no fue un aporte significativo, así
que entregue mi hoja solo con mi nombre. Yo me encontraba muy lejos de poder
asimilar los conocimientos dados en esa materia, creo que tiene que ver con mi
disposición frente a ese tipo de aprendizaje.
La evaluación en este caso buscaba verificar si se tenía
la adquisición de un conocimiento medido en resultados pre existentes y que dan
cuentan del entendimiento de un procedimiento matemático, este es un tipo de
aprendizaje que sirve a quién se desempeña en estas áreas, pero podría ser dado
valorando el proceso, reconociendo las motivaciones de los estudiantes, sus
necesidades y buscando resolver necesidades del contexto, para que sea adquirido
por medio de un trayecto de ensayo error, trabajo conjunto y donde el
estudiante cuente con un estado emocional que le permita ser creativo y
encontrar soluciones innovadoras.
Este tipo de evaluación se puede dar de forma
virtual, en tanto se trata de resolver problemas matemáticos y se hace de forma
individual, el docente en este caso está en un estado de vigilancia lo cual
podría hacer de igual manera. Aclaro, no es para mí un ideal.
Isabel, esa experiencia en ingeniería, y en concreto con las matemáticas, creo que te ha enseñado lo que no debes hacer hoy con tus estudiantes bajo ninguna circunstancia. Creo que es un eterno problema en esta área del saber, pues bajo el pretexto de la estructura de este saber no se hace otro tipo de ejercicios evaluativos que ayuden al estudiante a comprender la lógica de las operaciones que se dan en ella. Creo que falta una gran reflexión a este respecto.
ResponderEliminarLa idea de la entrevista es que se hiciera a un compañero del curso DOCTIC, como estaba señalado en Bright Space, pues el interés es poder contrastar las experiencias de quienes toman parte de este proceso. No obstante, los aportes de Mabel son muy enriquecedores: el diálogo para ver cómo va el aprendizaje, los juegos virtuales, la oratoria para hacer narración de su proceso y productos finales que dan cuenta del proceso vivido. La coevaluación en exposiciones, así como la heteroevaluación profesores y padres de familia, como aliados, son un gran aporte para esta temática tan neurálgica. Es fundamental lo que refiere de que la evaluación es un proceso y no se reduce a una nota, requiere revisión del desarrollo del estudiante, es constante.